En la orquesta clásica, diferenciándose de la barroca, desaparecen instrumentos como clarines, flautas de pico, laúdes, oboes, y la familia de las violas.
Se introduce el clarinete, que ya se había utilizado en la primera mitad del siglo XVIII, aunque hasta la época preclásica no se incorpora a la plantilla fija de la orquesta.
Además, desaparecen el órgano y el clavicémbalo, y las trompas y trompetas pasan a ocupar el papel de pedales de la orquesta, desapareciendo poco a poco el bajo continuo.
La plantilla de la orquesta clásica estaba dividida de esta manera:
Cuerda, que comprendía Violines I, Violines II, Violas, Violonchelos y Contrabajos.
Viento Madera, que englobaba dos Flautas, dos Clarientes, dos Oboes y dos Fagots.
Viento Metal, con dos Trompetas, dos Trompas y un Trombón.
Y Percusión, dentro del cual estaban los Timbales.