La semana pasada comentamos que los vecimos de Palmeria se sentían amenazados por un grupo de jóvenes. El revuelo mediático que se ha formado por este tema nos ha permitido conocer también la versión de los jóvenes.
Todos están de uñas contra los que los han señalado como vándalos, banda organizada, armada. Exponen, critican, se defienden. “No somos ninis´´ pero muchos si lo son, quizás obligados por las circunstancias. En Palmeira no se conoce un colectivo juvenil, una asociación, un local social, una biblioteca, un punto de conexión a Internet… En definitiva, los jóvenes no tienen que hacer, por lo que se dedican a fumar porros y beber litronas. Reclaman su derecho a reunirse en el puerto, ya que es de todos. Mientras que algunos vecinos luchan para que no se puedan reunir. En resumen, un pequeñísimo pueblo donde sus vecinos están divididos y sus jóvenes sin alternativas. ¿Serán capaces de solucionar el conflicto? Yo creo que no, dentro de unos días los periódicos dejaran de hablar del pueblo de Palmeira y sus jóvenes seguirán tirados fumando y bebiendo en el pequeño puerto.